En este artículo le explicamos cuáles son los diferentes tipos de disco de freno, cuándo debe sustituirlos y algunos de los cuidados que debe tener con este componente del coche.
Los discos de freno
Los frenos son uno de los componentes más importantes de cualquier coche. Los coches modernos disponen de frenos de disco para garantizar una frenada más eficaz, ya que son los que hacen que el coche se detenga de forma segura junto con los sistemas ABS y de control de tracción. Los sistemas de seguridad, los frenos, los calzos y los neumáticos se ayudan mutuamente para que el conductor pueda frenar con la distancia de seguridad necesaria para no colisionar con el coche de delante.
Al frenar, los discos son rozados por las pastillas de freno y ayudan a detener el vehículo. Entre la pastilla y el disco es fundamental que no haya residuos que impidan esta fricción y que el disco y la pastilla sean lisos, para que el conductor pueda frenar con suavidad y controlar la acción de frenado.
¿Qué tipos de discos de freno existen?
Discos de freno macizos
Los discos de freno macizos son los que se encuentran en la mayoría de los coches urbanos de baja capacidad. La mayor ventaja de este tipo de disco es el bajo coste para el fabricante de automóviles. Por otro lado, se trata de uno de los tipos de disco de freno menos avanzados tecnológicamente y, por tanto, puede ser menos eficaz para el frenado de emergencia.
Discos de freno perforados
Los discos de freno perforados, también conocidos como discos de freno ventilados, son una evolución de los discos de freno macizos. Este tipo de disco tiene una serie de agujeros en toda su superficie para que el aire pueda circular entre ellos y enfriar los discos fácilmente después de frenar.
Aunque los agujeros permiten que el disco se enfríe, la superficie de contacto entre el disco y la pastilla es menor, lo que hace que sea menos eficiente en el frenado.
Discos de freno cerámicos
Los discos de freno cerámicos, también conocidos como discos carbocerámicos, son un tipo de disco que se utiliza en los coches de alto rendimiento y no se sobrecalientan después de frenar repetidamente a altas velocidades. Para frenar con su máxima fuerza, los discos de freno cerámicos necesitan calentarse para obtener la máxima resistencia al frenado.
A pesar de las ventajas, este tipo de disco es extremadamente caro y ruidoso si se utiliza para un solo frenado.
¿Cuándo debo cambiar mis discos de freno?
No hay fecha de caducidad ni vida útil específica para los discos de freno. El cambio de discos de freno depende siempre de factores como la marca del vehículo, el estilo de conducción del conductor y el tipo de carreteras por las que circula a diario.
Según los expertos, los frenos de disco deben sustituirse cada 80.000 km, ya que una vez que el disco pierde el 20% de su grosor original, deja de ser eficaz.
Cuando compruebe el estado de sus pastillas de freno, también debería comprobar el estado de sus discos. Puede utilizar el comprobador de espesor de pastillas de freno del catálogo de KROFtools.
¿Cuáles son los síntomas que indican un mal estado de los discos de freno?
- Falta de precisión en la frenada;
- Luz de freno en el panel de instrumentos;
- Pedal de freno suave;
- Bloqueo de las ruedas;
- Discos de freno rayados;
- Vibración en el pedal del freno.
5 Cuidados a tener con los discos de freno
- Evite mojar los discos de freno después de un viaje – con los discos calientes, un cambio brusco de temperatura puede provocar la deformación y el agrietamiento del disco;
- Realice una revisión periódica cada 5.000 km para comprobar el estado de los discos de freno;
- Sustituya el líquido de frenos cada 2 años;
- Evite frenar bruscamente;
- Tenga cuidado con las carreteras inundadas.
¿Cuál es el precio de los discos de freno?
Dependiendo del tipo de disco y del coche en cuestión, los precios de los discos de freno empiezan en 50 euros y pueden llegar hasta los 300 euros.
¿Busca más información sobre el mundo del automóvil? Entonces síganos en Facebook y manténgase al día con todo el contenido que compartimos diariamente.
